Y así que el Cordero abrió el primero de los siete sellos, vi y oí a uno de los cuatro vivientes, que decía con voz como de trueno: Ven. Y miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fué dada una corona, y salió vencedor, y para vencer aún.
Libro del Apocalipsis
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